SALIDA AGRA 23-01

Son las 10.30h cuando los ojos...se oye algo de ruido fuera pero nada que ver con el de la noche anterior. Almenos en este hotel aún no me han venido a echar por la hora.
Una duchita de agua caliente (hay que aprovechar cuando hay) y después le decimos al dueño del hotel si es posible que nos haga precio para quedarnos hasta la tarde ya que el tren no sale hasta las 23.20h. Nos dice que ok que no nos preocupes, perfecto!!!
Correspondemos la amabilidad recibida desayunando en la terraza del Hotel, que ofrece vistas hacia el Taj.
Son las 12h, el Sol caliente y aprovecho para quedarme en manga corta, una gozada.
un zumo de naranja natural (en India los zumos y la fruta son deliciosos...siempre recién echos) y un desayuno indi (tostadas con huevos fritos y estofado de patatas con cebolla y tomate).
Degusto mi zumo mientras siento los rayos de Sol en mi rostro, mis ojos están clavados en el Taj.
Terminado el nutritivo desayuno nos ponemos en marcha.
El planing de hoy es dar una vuelta por los alrededores del Taj y llegar hasta el rio.
El Sol poniendose sobre el rio reflejando el Taj es una visión idilica desdibujada por la suciedad del rio y sus orillas.



Me adelanta un rebaño de vacas que se dirijen con paso paciturno hacia el agua para su baño de la tarde, parecen más que acostumbradas y unas buenas nadadoras.
Charlo un rato con los militares que custodian la zona. Aunque todos vayan bien armadados y parezcan serios, todos los que me encontrado hasta el momento han sido muy amables.
Te preguntan de donde eres, como te llamas, si te gusta su país...y como no contesto que estoy encantada con la India. Me sonrien.
Por supuesto yo también resuelvo dudas con ellos, para conocer un poco más sobre los militares de aquí.
El rango que tienen, el sueldo militar e incluso por el rifle que llevan, que me enseñan orgullosos diciendome que son made in India.
Después de una charla amena me despido con mi Namaste cotidiano y una sonrisa que me devuelven.
Empieza atardecer y nos dirijimos a Taj Ganj a callejear un rato, buscando buenas fotos (todo lo que se puede hacer con mi cámara) y porque no un puesto de Samosas para matar el hambre de la tarde.
Repito el puesto del dia anterior, pido un par...y con mi plato de hoja con sus respectivas samosas con salsa picante nos dirijimos a un puesto de tchais cercanos a sentarnos para completar la merienda.
Con calma esperamos nuestro turno, mientras saboreo mi samosa.
Finalizado el tentenpié y con las fuerzas renovadas nos adentramos en el ensortijado de calles de la zona vieja donde solo hay viviendas, unos niños nos siguen deseosos de que les tomemos fotos.
Terminadas las presentaciones con los chiquillos (todos son muy sociables independientemente de la edad que tengan)...les tomo algunas fotos y los pobres nos piden unas chocolatinas (en Europa te pedirian una PlayStation y no darian ni las gracias). No puedo negarme y los llevo al puesto de dulces, les doy a escojer las que quieran y cojen caramelos de chocolate. Un par para cada uno de ellos y pago al vendedor, solo han sido 5rps y ver sus sonrisas de agradecimiento no tiene precio.
De vuelta al hotel, aún me da tiempo de una pequeña siesta antes de recojer las mochilas. Dejo transfiriendo las fotos y caigo rendida 40min que mi cuerpo agradece.
A las 20.30h decido repetir el local donde cené hace 2 noches el Indian Café, esta vez en la terraza pues la noche no es tan fria como las anteriores.
Pruebo el pancara cheese(unas bolas de patatas y queso fresco rebozadas en harina y fritas), una crema de pepino fresco con mi fantástico Lassi de Mix Fruit.
Pruebo el Dal (plato de lentejas calientes) que se ha pedido David, muy sabrosas. Bromeamos con que solo le falta el chorizo y la morcilla del pueblo.
Para hacer el té obtamos por el restaurante del abuelito del dia anterior que nos dió buenas vibraciones.
Por una vez cambio el té por un chocolate caliente, que no puedo evitar que me recuerde al chocolate con churros de los domingos.
Tocadas las 22h, solo falta 1.30h para la salida del tren.
Mochila a las espaldas y le damos 100rps al recepcionista en concepto de las horas que habiamos estado de más y queda conforme.
Regateo obligado de rickshaw para ir a la estación de Agra Cannt. piden 100rps, me rio y digo 30rps, que no!! pues a probar en el siguiente. Al final por 40rps aceptan llevarnos (precio razonable ya que en el pre-paid oficial te cobran 50rps).
22.40h llegada estación.
Busco en el panel mi nº de tren el 3240 destino Varanasi. No me lo puedo creer, hay un retraso y saldrá a las 3.30h en vez de a las 23.30h. Un retraso de 4h tirada en el andén nº 4 con toda la humedad de la noche.
Conocemos a 3 hermanas argentinas que esperan el mismo tren. Cambiamos impresiones y nos pasamos direcciones interesantes que visitar (el mejor recurso de los mochileros). Total tenemos tiempo para todo, charlar, comer, dormir, leer, beber un tchai para entrar en calor...hay que matar el tiempo de espera como sea.
A las 3.35h anuncian mi tren por megafonia, la euforia en el andén se respira, la gente empezaba a estar un poco desesperada.
Busco el vagón S1 en clase sleeper, litera nº 14 en el upper (como siempre)...estiro mi saco, cojo mi cojín de viaje y me dispongo a descansar un poco, el viaje son 13h y ya no llegaré a la hora prevista a Varanasi.
Casi toda la gente del vagón somos extranjeros y hacia el mismo destino, creo que por algún motivo han querido juntarnos a todos.
La animación del vagón no es la misma que en mi anterior trayecto...la gente solo duerme y los que hablan lo hacen bajito. Los indios como tienen una facilidad innata para dormir hacen todo el ruido y fiesta que pueden en el tren.
Pasan las horas y parece que se va a retrasar aún más, cada vez que pregunto faltan 2h como si el tiempo se hubiera detenido.

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